Ella.

Y cuando la vi lo supe, supe que sería la niña de mis ojos, por la que iba a luchar hasta el final con tal de no perderla, por la que un día me sonrió y me di cuenta de que no iba a permitir que nunca nadie le quitara esa sonrisa tan maravillosa que tiene, que iba a cuidarla como nunca nadie lo hizo, que la iba a proteger con mi vida incluso si fuese necesario, que la iba a querer como nadie lo hará jamás, que la iba a tratar como la princesa que es, porque un día la vi llorando y me di cuenta de que no permitiría nunca más que le hicieran daño, porque créeme, una sonrisa como la suya no se encuentra en ningún sitio. Esa dulzura que tiene, esos ojos tan grandes y brillantes, es boca que aunque es pequeña, esconde un gran sonrisa, sus pecas...sus pecas la hacen adorable y traste a la vez.
A mí me encanta, me encanta cuando ríe, me encanta cuando habla, me encanta como duerme e incluso me encanta cuando se enfada, cuando se enfada  por tonterías como una niña pequeña o cuando se cela simplemente porque una chica me ha mirado, me encanta su manera de ser,  su manera de mirar las cosas, me encanta como le da la vuelta a todo y lo complica más, me encanta cuando me mira, porque me mete dentro de ella y puedo ver lo increíble que es, me encanta cuando me abraza y se siente pequeña, encanta cuando me besa y me transporta a lugares en los que jamás he estado, me encanta ella.

Ahora.

Y es que es ahora cuando me doy cuenta de la falta que me haces y de lo mucho que me importas, ahora, justo cuando te has ido de mi vida, aún recuerdo como si fuera ayer, el día que hablamos por primera vez, recuerdo cada llamada de Skype, cada plan que teníamos, cada noche que pasábamos hablando hasta ya no dar abierto los ojos.
Te recuero a ti, y a lo poco que te demostré, a lo poco que te cuidé, a lo mal que me porté contigo y es ahora cuando me arrepiento de todo lo que te he echo, y dicho, porque dicen que no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes, y al parecer, es cierto, tuve que perderte para darme cuenta de lo mucho que te necesito.
Que ya sé que lo he echo mal, y lo siento, pero supongo que esto se ha terminado ya.
Unos demuestran mucho y otros no saben demostrar, tengo claro que yo soy de las que no saben demostrarlo, o quizás lo demuestre de una manera que tú no entiendes, sólo sé que te perdí, y bueno, ahora...ahora es hora de decirte que te vaya bien, con o sin mí, pero que te vaya bien, si yo no fui lo suficiente para ti, espero que con quien estés ahora lo sea, un placer haber coincidido contigo, y si algún día el destino decide volver a juntarnos, espero que los dos lo sepamos aprovechar.

Día a día.

Vivo día a día
como si fuese el último,
aprovecho cada momento
como si fuese el primero,
intento ser feliz
porque no sé cuando me voy a morir,
puede ser ahora... o quizás...
o quizás dentro de 30 años.
Disfruto con mis amigos 
y con mi familia
porque la vida son apenas 60s,
no merece la pena estar mal...
pues cuando te mueras,
la gente no podrá decir
"su sonrisa iluminaba el día,
aunque estuviese nublado"
y eso, eso es una de las mejores
cosas que te pueden decir.

Una vez más.

Y una vez más aquí estoy, en el mismo lugar de siempre, y con las mismas personas. Y me doy cuenta de que por mucho tiempo que pase y de que por muchas personas que conozca tú vas a seguir en mi cabeza. Aún no sé lo que se supone que he echo mal, quizás fue cruzarme contigo, aunque de eso no es que me arrepienta.

Hoy he vuelto a recordar todo lo que tiene que ver contigo y todo lo que tuvo que ver con nosotros, aún sigo pensando en qué momento terminó todo...
"Cuánto te quería y que feliz me hacías", pero supongo que eso se quedó en una simple frase, una frase que define lo que siento hacia ti.

Y es que dicen que hay dos grandes amores en tu vida, uno con el que durarás para siempre y otro al que nunca conseguirás olvidar, supongo que tú eres el segundo. Espero que algún día vuelva a cruzarme contigo, aunque ni tú me mires, ni yo te mire, pero sabiendo que somos nosotros y que a pesar de no querer, nos seguimos recordando.

Hoy.

Hoy la Luna se esconde, se derrumba en cuanto ve que tú y yo ya no sabemos nada el uno del otro, en cuanto ve que nos hemos olvidado, bueno, que me has olvidado, porque lo cierto es que yo aún no lo he conseguido hacer.
Las estrellas hoy no brillan como aquella noche en la que me decías que me amabas.
Las nubes han decidido mostrar su lado más oscuro, oscuro como nuestro amor, si es que se le puede llamar así.
Tan oscuro que daba miedo a quien se le ocurriese tan sólo mirar para él.
Pero nosotros queríamos ese amor oscuro, es más, incluso llegó a gustarnos, porque así nadie podría meterse en medio de ese amor, o eso creíamos.

Ese tipo de chica.

 

 Ni París, ni Santiago, ni Roma, lo más bonito que he visto es a ti. Con tus tonterías, tus abrazos, tus caricias, tus besos e incluso con tus enfados de niña pequeña eres lo más bonito que hay. 

Como el Sol y la Tierra, como la Torre Eiffel y París, como el Big Ben y Gran Bretaña, como la Puerta de Alcalá y Madrid, como tú y yo.

Eres ese tipo de chica con la que sueñas estar desde que tienes memoria, ese tipo de chica por la que darías la vuelta al mundo para abrazarla por la espalda, por la que lucharías con uñas y dientes sólo por hacerla sonreír. 

Ese tipo de chica que una vez que entra en tu vida no quieres que se marche jamás.