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lunes, 23 de noviembre de 2015

Ella.

Y cuando la vi lo supe, supe que sería la niña de mis ojos, por la que iba a luchar hasta el final con tal de no perderla, por la que un día me sonrió y me di cuenta de que no iba a permitir que nunca nadie le quitara esa sonrisa tan maravillosa que tiene, que iba a cuidarla como nunca nadie lo hizo, que la iba a proteger con mi vida incluso si fuese necesario, que la iba a querer como nadie lo hará jamás, que la iba a tratar como la princesa que es, porque un día la vi llorando y me di cuenta de que no permitiría nunca más que le hicieran daño, porque créeme, una sonrisa como la suya no se encuentra en ningún sitio. Esa dulzura que tiene, esos ojos tan grandes y brillantes, es boca que aunque es pequeña, esconde un gran sonrisa, sus pecas...sus pecas la hacen adorable y traste a la vez.
A mí me encanta, me encanta cuando ríe, me encanta cuando habla, me encanta como duerme e incluso me encanta cuando se enfada, cuando se enfada  por tonterías como una niña pequeña o cuando se cela simplemente porque una chica me ha mirado, me encanta su manera de ser,  su manera de mirar las cosas, me encanta como le da la vuelta a todo y lo complica más, me encanta cuando me mira, porque me mete dentro de ella y puedo ver lo increíble que es, me encanta cuando me abraza y se siente pequeña, encanta cuando me besa y me transporta a lugares en los que jamás he estado, me encanta ella.

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